miércoles, 21 de marzo de 2012

Matsuo Bashoo, el alma de Japon en el siglo XVII.

Desde que el carácter mancebo en el despertó, se intereso por la poesía.
Para los que han osado darme una oportunidad en este nuevo emprendimiento, osar es en rigor un verbo perfecto ya que se tiene la idea preconcebida de que dar oportunidades es una blasfemia o un acto de insensatez, lograron captar mi pasión por los haikus de Bashoo. O, simplemente, percibieron un haz fastuoso de seducción. Y, finalmente, si no lograron aprehender nada de mi primer entrada, no debemos impacientarnos (el primero en enervarse seré yo ante todo); en esta segunda entrada abordare uno de mis mayores gustos: Los Haikus. Mas concretamente:


Matsuo Bashoo nació en la provincia de Inga en el año 1644. Murió el 28 de noviembre de 1694, cuando se hallaba radicado en Osaka. Y es por eso que celebro cada 28 escribiendo y leyendo haikus, aparte de trabajar claro esta, que poco privilegiados pueden ladearse por el ocio.


 Es uno de los mas relevantes poetas japoneses y el principal exponente del susodicho genero breve.


Su obra, editada en la Argentina por la Edit. Leviatan, comprende diecisiete volúmenes publicados mas uno anexado de manera póstuma. En ellos, este inolvidable hombre moderno (mas por su conexión con la naturaleza que como elemento de una época histórica denominada de la antedicha forma), compone con absoluta simplicidad, efectividad, espiritualidad material y filosófica, su mas ínclitos haikus. El los catalogo de la siguiente guisa: ''escritos que delinean la realidad en el momento, sin nada mas''. De suerte que podemos concluir, ofreciendo una seguidilla de sus obras; espero que les apetezcan mas luego de haber probado estas, y si eso no llega a ocurrir no tarden en comentarlo:


Un viejo estanque;
al zambullirse una rana,
ruido de agua.


Un sauce verde
goteando en el barro:
marea baja.


Hoy el roció
borrara lo escrito
en mi sombrero. (Este es mi predilecto)


Quietud:
los cantos de la cigarra
penetran en las rocas.


Caer enfermo durante el viaje
Mi sueño huelga errante
sobre un campo de césped seco.


Ahora, salimos
para disfrutar de la nieve...hasta que
resbalón y caída.


Esto es lo que tanto me entusiasma, lo tajante que son todos.

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